BIENVENIDO A CASA

«Hola mi amor» escuché la voz de mi esposa aun dormida.

La alarma había sonado y ella, venia caminando hacia la cocina para hacer el lavado y saludarme.

Me encontró de espalda, forjando un porro de calea zacatechichi con DMT #amarillobonito, ya tenia un porro listo, con harmalas.

Mi mirada era muy seria y concentrada.

«Voy a fumar DMT le dije».

Ella sonrió, se terminó de despertar inmediatamente y comenzó a preparar todo.

La sala, mis medias, la silla.

«Eres terrible» le dije, saliendo por un momento de mi concentración.

Ella sonrió y continuó.

Ahora quien estaba concentrada era ella.

Entonces hicimos la oración y al terminar, sin pensarlo, me senté en el lugar que mi esposa había preparado.

Estaban: los dos porros, el de harmalas, y el de DMT, rapé y un aplicador, agua, un cenicero y un encendedor.

Estaba todo!

Así fue que comenzó.

«Señor» dije «realizo este viaje con tu permiso, por favor permíteme estar tranquilo» comencé con mi intención regular, lo mismo que digo siempre antes de viajar.

«No permitas que haya un solo momento demasiado intenso» continué «permíteme tener un viaje hermoso» dije, como siempre.

«Permíteme entender mas sobre esta vida que has creado» eso era nuevo.

Entonces agarré el celular, mis audífonos y comencé a fumar las harmalas.

Escuchaba música en aleatorio mientras el porro de las harmalas iba bajando y mi cuerpo se iba adormeciendo.

A mitad del porro sentía la ligereza en el cuerpo que había estado esperando.

Hubiera podido detenerme ahí, mis enzimas MAO ya estarían inhibidas.

Pero yo, seguí fumando.

Quería que el viaje fuera claro, y lento.

Debía continuar.

Entonces el porro king size terminó, y yo, levemente mareado, decidí agarrar el cel de nuevo, y buscar la lista de DMT.

Vi el botón verde con negro de Spotify y pensé:

«Apenas le de play debo fumar»

Sentí un poco de nervios y de presión, pero igual lo hice.

Presioné play y en seguida agarré el porro de DMT y el encendedor.

«Voy a comenzar» le dije a mi esposa, quien estaba en la cocina.

Ella se vino a mi lado, caminando con tranquilidad.

Tenia miedo, si.

Tenia miedo.

Era mi primer viaje del año… después de un buen tiempo.

Pero yo, fumé profundo, y aguanté.

Aguante todo lo que pude y entonces solté el humo.

Apenas terminé de soltar el humo, la presión en la frente apareció de nuevo.

Mi vieja amiga…

La presión entre la frente y el tabique de mi nariz que sucedía siempre al comenzar el viaje de DMT.

El miedo seguía ahí, muy presente, pero ya no había marcha atrás, lo sabia, así que seguí fumando.

En un viaje de JimJam, la «mujer del DMT», una especie de compañía durante el viaje, me dijo una vez, que esa presión en mi frente era algo muy fácil de explicar.
 

«Es el lugar por donde tu alma sale del cuerpo» me dijo.

Yo, que no recordaba esas palabras en ese momento, me quedé ahí, fumando, disfrutando la sensación, mientras mi alma, abandonaba mi cuerpo, exactamente como ella había dicho.

Comenzó el «desdoblamiento»
 
En ese momento, ya no era yo, éramos dos «yo»

La sensación de «desdoblamiento» sucedió inmediatamente después de la presión en mi nariz y frente, y yo, comencé a sentir como mi cuerpo y mi alma estaban las dos muy presentes…

Jalé de nuevo el porro, aguanté, y solté de nuevo.

Ambos existíamos, ambos éramos «yo», pero cada uno era diferente.

Es la mejor manera que tengo de explicarlo.

En ese momento comenzaron los visuales.

Pero lo que yo estaba viendo, no eran visuales propiamente dichos.

Eran mas como «colores», simplemente eso.

Azul, rojo, y amarillo.

«Los colores del DMT» me dije, mientras seguía fumando.

«Si… los colores del DMT» continué pensando, «aunque nunca había visto amarillo en un viaje de DMT» pensé, extrañado.

Yo, que ya estaba bien profundo en el viaje, hice lo único lógico y razonable que cualquier persona hubiera hecho en mi lugar

Le dí el porro a mi esposa y ella me ayudó a dar un ultimo jalón.

Jalé del porro lo mas duro que pude, y aguanté… aguanté hasta que el humo simplemente salió de mi cuerpo por si solo.

Ya no había resistencia de mi parte.

Entonces aparecieron las figuras geométricas.

Muy claras.

Demasiado claras, mas bien.

Ya yo no estaba en mi sala, pero el lugar en el que estaba había triplicado su espacio y los «fractales» o figuras geométricas estaban por todos lados, y seguían creciendo.

Yo, recibí en ese momento toda la potencia de ese ultimo jalón del porro, y entonces, desaparecí.

Perdí el conocimiento.

No tenia idea de que había pasado después de ese ultimo jalón, ni en donde había estado, pero de repente, había despertado.

Lo que me despertó fue la incomodidad.

Sentía dolor, y eso, no era nada placentero.

Lo que yo sentía era muy parecido a una especie de tortura.

Alguien me estaba aplicando corriente y yo, me retorcía cada vez que lo hacían.

En ese momento recobré la consciencia.

«Esto es desagradable» pensé «no me gusta, ya quiero que termine» fue el primer pensamiento que recuerdo.

Me sentí vulnerable, «quiero que esto termine» pensé, y eso, no me gustó.

«yo le pedí a mi Señor que quería tener una experiencia hermosa» dije por primera vez en el sueño.

«Me estas maltratando y no me gusta» esta vez lo dije, en el viaje, no lo pensé, estaba molesto.

La voz, que había estado ahí, desde el principio, habló por primera vez.

«Concéntrate en lo que estas viendo»

Ahora yo estaba plenamente «despierto» y molesto, así que decidí ignorar el enorme espacio inmenso que me rodeaba que parecía ser el espacio exterior, con constelaciones frente a mi, girando como remolinos.

«Concéntrate en lo que estas viendo» me dijo la voz de nuevo, como diciéndome, «deja de pelear, intenta entender lo que te estoy mostrando»

Yo seguía molesto, peleando con la voz, reclamándole que me había hecho pasar un mal rato cuando las constelaciones cambiaron frente a «mis ojos» y se convirtieron en remolinos.

El agua del remolino siguió aumentando en fuerza cuando yo, de repente dejé de ver el agua.

Fue como si en el viaje, hubiera dado un paso atrás, y hubiera podido ver mejor.

Ahora estaba yo, fuera del remolino y lo que veía era una estructura muy parecida a un reloj de arena, pero que por dentro, no tenia arena, si no agua.

«Ahora si ves bien?» me preguntó la voz con un enorme sarcasmo.

El agua dentro del reloj de arena, giraba como un remolino.

La «cámara» se alejó, y ahora veía el reloj de arena con agua por dentro desde lejos.

La figura principal había dejado de ser el reloj, ahora, la figura que el DMT me estaba mostrando, era yo.

No mi cuerpo físico, lo que el DMT me estaba mostrando, era mi alma.

Mi alma, estaba conectada por la frente al reloj de arena por medio de algo largo, enrollado y «carnoso» como un cordón umbilical.

Mi alma, estaba completamente absorta, viendo dentro del enorme «reloj de arena» y el gigantesco remolino de agua que giraba en su interior.

Mi expresión «la expresión de mi alma» era de concentración absoluta.

Sea lo que sea que estuviera pasando en ese remolino adentro del reloj, mi alma, estaba muy interesada en verlo.

Sin perder detalle.

Entonces di un paso atrás, de nuevo.

Esta vez, lo que vi, no fue mi alma.

Vi «muchas almas», en el medio de un espacio negro, oscuro, que parecía ser el universo.

Cada una de las almas estaba ahí, viendo fijamente  al reloj de arena con agua por dentro que tenían enfrente.

Cada alma estaba unida a su propio reloj de arena por medio de un cordón umbilical, exactamente igual que el mío.  

Ninguna veía para otro lado, todas estaban inmersas por completo en lo que estaba sucediendo en el agua.

Mi alma también estaba ahí, al igual que el resto.

Entonces yo, regresé a donde estaba mi alma, y ví dentro del reloj de arena.

Vi el remolino… y el remolino era, mi vida.

Mi vida en esta tierra.

El remolino representaba mis problemas.

Entonces apareció el gotero.

Era un gotero enorme, suspendido por encima del remolino.

Quien sostenía el gotero era mi Señor.

Mi Señor, a quien le rezo mas de 5 veces al día, era imposible no reconocerlo, a pesar de que no pude verlo.

Rabbi Alamin, «El Señor de los Mundos» como dice el Corán.

«La vida no es mas que una prueba» me dijo la voz, mientras el gotero que había aparecido de la nada, soltaba una gota dentro del remolino que se encontraba en mi reloj de arena.

«No se trata de los problemas, se trata de como tu reaccionas a ellos»

Continuó la voz.

«Serán probados con sus casas, con sus hijos, con sus bienes» recordé al Corán.

«Allah construye la vida de cada una de sus creaciones, probándolos, para ver como reaccionarán»

Me dijo la voz.

«Cuando reaccionas al problema, el problema desaparece, y luego… hay calma por un momento.»

En ese momento, la gota de agua cayó en el remolino, y el remolino se desapareció.

La gota de agua representaba la solución a los problemas… 

Todo aquello que te atormentaba, todo aquello que parecía ser un problema grave, imposible de solucionar… solo necesitaba una gota de agua de tu Señor.

«Después de toda dificultad, viene la facilidad» Corán 94:5-6.

«Cuando los problemas te hacen mostrar quien eres y que es lo que esta en tu corazón… el problema se soluciona.»

«Pero tu comportamiento queda registrado» me dijo la voz, de nuevo.

«Como actuaste? fuiste bueno, malo…? hiciste daño a otros?»

«Entonces, después de un tiempo, viene otro problema mas…» me dijo 

«Otra prueba» dije yo.

No pude si no recordar a Mr. Tahar.

En Youtube.

Uno de esos tantos videos que mi esposa me pone a diario.

«En esta vida solo hay dos opciones, para el creyente» decía

«Cuando llegan los problemas y tienes la opción de actuar, si eliges hacer algo, elige hacer lo correcto» decía el Mr. Tahar con una mirada muy seria.

«Pero cuando estas atado de manos, cuando no hay nada que puedes hacer» decía.

«Lo único que queda es tener paciencia.»

«Ten paciencia, y recuerda… es una prueba de tu Señor».

«Cuando no se puede hacer nada, hay que tener fe, y esperar a que llegue la gota de agua, y el problema pase» dije, en el viaje.

Sonreí.

Esto había sido lo que el DMT me había querido mostrar.

«Tener paciencia o hacer lo correcto» decía Mr. Tahar, «esas son las dos opciones que debes elegir».

El viaje había terminado.

Yo, seguía sentado en mi sala, con los ojos cerrados.

«Estaba en la bajada» pensé

El viaje termina, y tu quedas en un estado intermedio.

No estas de regreso en la realidad, pero tampoco estas «allá», en el viaje.

Entonces recordé todo.

Los corrientazos, mi molestia, el DMT diciéndome, deja de pelear, presta atención.

Tenia que contarle todo a mi esposa.

Debía recordar.

Entonces abrí los ojos.

Lo primero que vi fue a «crusita», mi Bugambilia, a la cual llamábamos «crusita» por ser la planta favorita de mi suegra.

Se veía hermosa, y se movía lentamente por el rose con la briza de la mañana.

Mi Tepezcouhite estaba en el fondo.

«Es impresionante que tanto conocimiento se encuentre dentro de una planta» me dije aun intentando regresar.

«El DMT es medio chismoso» escuché la voz de mi mentor «al DMT le gusta contar los secretos del universo».

Yo, me reí.

En ese momento, mi esposa volteó y vio que yo estaba abriendo los ojos.

«Como te fue?» me pregunto, y a mi, me costó responder.

Yo, no le respondí.

Había sido una locura de viaje.

Había tenido el aprendizaje que había pedido en mi intentención, en mi propósito.

Había sentido a mi Señor, había regresado con un aprendizaje.

Pero yo aun, no me sentía bien.

Aquel momento de incomodidad al principio del viaje aun estaba muy presente.

«Los corrientazos» pensé

«Yo le había pedido un viaje hermoso» me dije, este viaje había sido maravilloso, pero fue estresante también.

Entonces yo giré la cabeza a mi derecha y extendí mi brazo derecho, con dificultad.

Agarré el rapé.

Mi esposa me ayudó a colocar el rapé en el aplicador, y luego, lo colocó en mi nariz.

«Sopla suave por favor» le dije, y ella, así lo hizo.

Su soplido fue suave y luego fuerte, al final, fue perfecto.

Mi cuerpo, sintió el tabaco del rapé inmediatamente y fue así, como mis ojos se cerraron y yo me fui de nuevo.

Al espacio, a un vacío infinito.

Ahí estaba yo, feliz, flotando, en mi traje de astronauta, en medio de las estrellas, disfrutando el viaje mas dulce y hermoso que había deseado.

No sucedió nada en el viaje.

Yo solo estaba flotando.

Tarde unos 35 minutos en aterrizar de nuevo.

Se sentía como una eternidad desde que dí aquel primer jalón al porro de DMT.

Yo, por fin abrí los ojos, y me eché hacia adelante.

Sonreí, mire a mi esposa y le dije:

«Tengo que fumar DMT mas seguido.»